Desamor

Los 12 problemas comunes que amenazan incluso a los matrimonios felices

Los 12 problemas matrimoniales más comunes que conducen al divorcio

Aunque a menudo se piensa que el matrimonio es la fase de las relaciones de 'felices para siempre', no se deje engañar por creer que las parejas casadas no enfrentan su parte justa de problemas y desafíos.

Si bien algunos problemas matrimoniales se pueden resolver fácilmente, otros pueden ser difíciles de abordar e incluso podrían indicar el comienzo del fin de un matrimonio.



Dado que el futuro de la mayoría de los matrimonios depende en gran medida de cómo las parejas enfrenten los problemas a medida que surgen, si desea proteger su propio matrimonio de la posibilidad de un divorcio, es útil estar al tanto de los problemas más comunes que surgen con el territorio. conocida como vida matrimonial.



Siga leyendo para conocer estos 12 problemas matrimoniales comunes y cómo las parejas pueden superarlos antes de que sea demasiado tarde:

1. Sobrepasar los límites.

Una vez que las parejas se casan, no es raro que uno de los cónyuges intente cambiar de pareja. Ya sea su sentido de la moda o sus creencias fundamentales, tratar de cambiar a su cónyuge es una invasión personal y, cuando sucede, el cónyuge victimizado se sentirá irrespetado, herido o incluso enojado.



Muchas veces, traspasar los límites personales de alguien se hace intencionalmente, con una misión en mente. Este tipo de comportamiento pisotea la idea misma del respeto mutuo, y el resultado final probablemente será una represalia o un alejamiento del cónyuge agredido. A su vez, a los cónyuges les resulta difícil comunicarse, amarse y ser abiertos entre sí.

También es posible sobrepasar involuntariamente los límites personales, especialmente si esto sucede mientras se trata de ayudar genuinamente a su cónyuge.

encontrar centavos en el suelo

Qué puedes hacer al respecto: Para evitar una invasión, sepa dónde trazar la línea cuando se trata de impulsar el cambio.



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2. Falta de comunicación completa.



Aunque las palabras 'hablar' y 'comunicarse' a menudo se usan indistintamente, es importante comprender que las dos difieren mucho entre sí.

Hablar es dar información sin necesidad de una respuesta, y deja mucho espacio para las quejas y las críticas. La comunicación, sin embargo, es un intercambio de información verbal y no verbal que requiere una respuesta. Debido a que se necesita más de una persona para comunicarse, se enfoca en una conexión entre personas donde es seguro compartir abiertamente ideas e información sin juzgar.

Cuando los cónyuges no practican la comunicación adecuada, es fácil que caigan en la forma habitual de hablarse ineficazmente entre sí. Lo peor es que si no se resuelven las habilidades de comunicación deficientes, es posible que surjan problemas más graves.



Qué puedes hacer al respecto: Las parejas deben aprender a comunicarse entre sí para mantener el rumbo de su vida amorosa y también evitar estos problemas innecesarios.

3. Dejar ir las cosas en el dormitorio.

Si bien hay muchas razones por las que las parejas pierden interés en la intimidad sexual o luchan con el afecto físico, es importante que los cónyuges encuentren formas de mantener su vida sexual fresca y satisfactoria.

El sexo puede parecer una pequeña pieza del rompecabezas del matrimonio, pero en realidad es raro tener una relación sana sin él.

Desafortunadamente, existe un círculo vicioso en lo que respecta al sexo: es difícil querer tenerlo cuando te sientes emocionalmente desapegado, pero es difícil sentirte emocionalmente apegado sin intimidad física.

Qué puedes hacer al respecto: Para superar un período de sequía, parejas , necesitan identificar áreas problemáticas en su matrimonio y trabajar en ellas para sentirse físicamente cómodos el uno con el otro.

4. Enfoques errantes

Otro problema común que enfrentan las parejas es un cambio de enfoque después del matrimonio. Cuando uno de los cónyuges redirige su atención de la relación a otros intereses, ya sea una carrera, los hijos, los amigos u otras actividades sociales o pasatiempos, es común que su pareja sienta la peor parte de la situación y que la relación sufra una pérdida. de atención.

En este tipo de situaciones, los cónyuges pueden incluso comenzar a sentirse más como compañeros de habitación que como amantes, por eso es tan importante encontrar un equilibrio entre los intereses personales y ser una pareja atenta. Es perfectamente aceptable (e incluso alentador) que los cónyuges tengan sus propios intereses y objetivos separados, siempre que administren sus horarios para que se adapten a un tiempo de calidad el uno con el otro.

Un error común que cometen las personas casadas cuando esto sucede es reaccionar de forma exagerada, porque al hacerlo, más o menos le están diciendo a su cónyuge que no pueden tener una vida sin ellos.

Qué puedes hacer al respecto: En lugar de tomárselo como algo personal, comprenda que su pareja lo ha ganado y ahora está persiguiendo otros desafíos en la vida. Encuentre un medio feliz para que su relación crezca y apoye las ambiciones de los demás.

5. Infidelidad emocional

Por desafortunado que sea, una vez que las parejas se casan, no es raro que se desconecten emocionalmente el uno del otro. Cuando esto sucede, es probable que al menos las necesidades de uno de los cónyuges no se satisfagan, por lo que pueden comenzar a buscar en otra parte para sentirse satisfechos. Aquí es donde la 'infidelidad' emocional tiene la oportunidad de colarse en el matrimonio.

Algunas personas sienten que la infidelidad emocional es peor que la trampa física porque se trata de algo más que sexo; se trata de conectarse con otra persona en un nivel íntimo.

Qué puedes hacer al respecto: Para evitar la infidelidad de cualquier tipo, las parejas deben tener claro lo que ambos consideran que es una infidelidad. Inicialmente, los socios pueden no tener los mismos sentimientos hacia lo que cuenta y lo que no cuenta como trampa, pero estar en la misma página disminuirá las posibilidades de que permitan que suceda. También es importante que los cónyuges sigan apoyando las necesidades emocionales del otro, porque cuando se satisfacen, no estarán tan interesados ​​en buscar en otra parte.

6. Peleando por el dinero

Cuando las parejas se unen, es común que sus cuentas bancarias sigan su ejemplo. Si bien este no siempre es el caso, incluso las parejas casadas que deciden mantener sus finanzas separadas aún enfrentan problemas cuando se trata de dinero.

Hablar de finanzas con su cónyuge puede ser estresante y tenso, especialmente si la pareja tiene diferentes hábitos de gasto o formas de administrar el dinero. En este tipo de situaciones nerviosas, es común que la conversación se vuelva menos sobre dinero y más sobre valores y hábitos personales. Por ejemplo, cuando uno de los cónyuges está estresado por el dinero, puede ser menos paciente y más irritado en general. Incluso pueden pelear con su pareja por cosas no relacionadas sin darse cuenta.

Qué puedes hacer al respecto: Para evitar este problema, asegúrese de que usted y su cónyuge estén en la misma página cuando se trata de dólares y centavos. Haga un plan financiero juntos y evite cualquier desacuerdo innecesario manteniéndose enfocado en la situación en cuestión.

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7. Menor aprecio mutuo

Cuando el aprecio entre los cónyuges disminuye, el conflicto tiende a aumentar.

Dado que tanto los hombres como las mujeres anhelan un reconocimiento positivo, cuando los cónyuges dejan de reconocer los esfuerzos del otro o no expresan gratitud por los gestos amorosos, es probable que su pareja deje de hacer esas acciones que antes apreciaban. Cuando esto sucede, las parejas tienden a amargarse o agitarse entre sí.

Qué puedes hacer al respecto: Cuando esos gestos inesperados, que alguna vez fueron pequeños pero amorosos, se vuelven esperados, pierden su magia y se convierten en una tarea más que en una elección. Ya sea que hayan estado con su cónyuge durante 12 meses o 12 años, es importante seguir apreciándose el uno al otro por las cosas que ambos hacen.

8. Interferencia tecnológica

En un mundo que se rige principalmente por la tecnología, puede ser difícil no dejarse atrapar por los dispositivos electrónicos. Es por eso que cada vez más parejas informan que la obsesión de su cónyuge por la tecnología está interfiriendo con sus matrimonios.

Digamos, por ejemplo, que una esposa está tan absorta en su teléfono inteligente que envía mensajes de texto a sus amigos en la mesa en lugar de entablar una conversación con su esposo. O tal vez un esposo está tan concentrado en su tableta que todo lo que quiere hacer después de la cena es jugar en ella y navegar por Facebook.

Estas situaciones pueden reemplazar la comunicación sana e incluso la intimidad. Puede parecer extraño, pero son problemas de la vida real.

Qué puedes hacer al respecto: Eche un vistazo honesto a sus hábitos tecnológicos. Si la tecnología tiene prioridad sobre su matrimonio, es hora de volver a la realidad.

9. Egoísmo

Si uno de los cónyuges actúa de manera egoísta y constantemente coloca sus propias necesidades y deseos por delante de los de su cónyuge, entonces solo será cuestión de tiempo hasta que el cónyuge abandonado se sienta indigno y no amado.

Cuando las parejas se casan, prometen amarse para bien o para mal, y parte de esa promesa significa no actuar de manera egoísta. Si bien esto puede parecer bastante fácil, el monstruo de ojos verdes viene en muchas formas y formas furtivas.

En el peor de los casos, el egoísmo es controlador, manipulador, celoso, posesivo y abusivo. En formas más leves, se puede ver en una falta de consideración y respeto.

Qué puedes hacer al respecto: Para evitar problemas de egoísmo en el matrimonio, los cónyuges deben aprender a actuar con empatía y a crear un equilibrio entre las necesidades propias y de su cónyuge.

10. Falta de confianza

La confianza es la base misma del amor y sin ella no puede existir un matrimonio saludable. Cuando un cónyuge engaña, miente o rompe una promesa, realmente puede dañar la relación.

Qué puedes hacer al respecto: Restaurar la confianza en un matrimonio en el que alguien ha sido traicionado no es una tarea fácil, y ambos cónyuges deben comprometerse a arreglar la relación para tener éxito en superar el problema. Si no se resuelven los problemas, el cónyuge traicionado seguirá sintiéndose herido, enojado y desconfiado.